viernes, 27 de noviembre de 2009

la letra del eclipse

-
El sacrificio proponía un ejercicio elemental, no una elevación mística. Nada nuevo se impondría por él a las vicisitudes cotidianas ni a la raigambre consolidada de sus hábitos. El sacrificio no revelaría, tampoco, una oscura manifestación de lo sagrado, ni de lo oculto acaso desde el origen de los tiempos. Se trataba, simplemente, del mero acto de elidir, de eliminar, de prescindir de lo inútil o de lo malogrado: una elipsis de lo que nunca, en realidad, había existido. Tendría lugar bajo la medianoche del plenilunio. Pero la ahora había llegado todavía.
-
G. I., El emisario
-